Me
leí "Extremely Loud and Incredible Close" en mi viaje a Puerto
Rico y no pude evitar enamorarme de Oskar, el niño de 8 años protagonista de la
historia. Es un libro muy triste acerca de personas tratando de comunicarse
constantemente pero fallando en el intento consistentemente, es un libro que
trata de buscar respuestas a problemas que talvez jamás tengan solución, como
las cosas que no se dicen a los seres queridos antes de perderlos.
Es
una historia contada desde el punto de vista de 3 personas, un niño que perdió
a su papa en 9/11, su abuela y el abuelo que no conoció. Cada uno cuenta su
historia con su propia voz, en el caso de Oskar, ya es suficientemente difícil
experimentar la perdida del papá, ídolo y mejor amigo, como para experimentarla
de súbito. Esto lleva a Oskar a empezar una búsqueda imposible en NY para huir
de la verdad inevitable, que la muerte deja un vacío enorme, que nadie nos
explicar porque pasa y que a veces vivir con perdida y tristeza puede ser mas
doloroso que morir.
El
es un niño extraño que habla con imágenes que evocan inmediatamente que quiere
decir... como por ejemplo se que estar triste se puede sentir como tener
"botas pesadas" que no te dejan caminar o sentirse especial puede ser
como "100 dólares". También lleva un libro de imágenes con las cosas que lo
marcan y para escapar de sus pensamientos de noche, que no lo dejan dormir se
pone a crear "invenciones"... es difícil no identificarse con el, y
tal vez eso suena triste porque es un niño muy solitario, y no me
malinterpreten porque no me siento sola, se que hay mucha gente en mi vida con
la que puedo contar, pero hay jornadas que se tienen que recorrer solo,
sobretodo aquellas que nos llevan a perdonarnos a nosotros mismos, a recorrer
nuestra tristeza y a vencer nuestros temores.
El
abuelo perdido es también un personaje interesante que perdió la capacidad de
hablar y solo se comunica a través de pequeñas frases escritas en un cuaderno,
y un si/no tatuado en las manos. La abuela cuenta sus sentimientos a través de
cartas.. La historia de ellos dos me hace pensar como es posible que dos
personas, que comparten tanto y viven juntos día a día, puedan tener dos
versiones tan diferentes de ella y tantos espacios de silencio, de ausencia, de
soledad... Afortunadamente no siento que me parezca a estos personajes, porque
parece que están al final de una vida llena de malas decisiones, de vacíos, de
arrepentimientos, de "que hubiera sido si..." y si de algo estoy
segura, es que hasta el momento toda mi vida ha sido un regalo... tal vez siento
que me parezco mas a Oskar porque me falta mucho por recorrer y los
arrepentimientos vendrán después, finalmente Oskar aun es un niño al que aun no
le pesan los años y ellos son unos viejos que viven en los recuerdos... pero
aunque conozco varios de esos, mi abuelita Esther me da esperanza, ella fue de
esas viejitas que se fue sin extra peso.